viernes, 1 de junio de 2012

La relación con EU se ha narcotizado este sexenio


El experto en Política Exterior, José Alberto Moreno Chávez, analiza en entrevista para Animal Político cómo se verían afectadas las relaciones entre México y Washington desde el punto de vista de los candidatos a la Presidencia.

PREGUNTA: Los Gobiernos de Calderón y Obama están muy próximos a finalizar –aunque en el caso del afroamericano aún está por ver si repite triunfo en las elecciones del próximo mes de noviembre-. ¿Qué balance podemos hacer de las relaciones bilaterales?

RESPUESTA: Lo cierto es que las relaciones con Obama no han fluido como se esperaba desde un inicio. Especialmente, debido a la continuidad de la política exterior de Estados Unidos en relación a la pasada Administración; la cual ha estado demasiado enfocada en asuntos de Medio Oriente y Asia Central, y ha dejado a América Latina en un tercer o incluso cuarto plano.

P. En su opinión, ¿cuál o cuáles han sido los principales puntos de fricción entre los gobiernos de ambos países?

R. En mi opinión, los principales puntos de fricción han estado centrados en materia de seguridad, de inmigración y de relaciones interfronterizas. Lo cual, como ya he apuntado, implica una continuidad en la relación con las anteriores administraciones en Washington. En este sentido, a diferencia de George W. Bush, Obama sí ha mostrado un cierto diálogo hacia México, aunque lo cierto es que no se ha concretado en nada. Es decir, se han abierto mayores caminos de interacción entre ambas naciones. Por ejemplo: es  frecuente que oficiales mexicanos vayan a entrevistarse con sus pares en Estados Unidos, o que Hillary Clinton visite México, o que el propio Obama se entreviste con Calderón. Pero, a pesar de esta mayor interacción, no se aprecie un cambio a fondo en la política exterior estadounidense hacia nuestro país.

“En este sexenio, la relación entre México y EU se ha caracterizado por una ‘narcotización’ de las mismas; todo ha girado en torno a las drogas”

P. ¿Y por qué la relación se ha quedado sólo en buenas palabras?

R. En este aspecto, creo que la relación bilateral se ha narcotizado demasiado. Y la ha narcotizado el gobierno mexicano, aunque es entendible dada la coyuntura actual que vive el país. Sin embargo, el problema de narcotizar una relación es que se pierden otros mecanismos que se podían trabajar por ambas partes. Como, por ejemplo, la migración u otros problemas relacionados con la frontera. En eso creo que tanto la Administración de Calderón como la de Obama, aunque si bien no han chocado, sí están en un impasse.

P. ¿A qué se refiere con que la relación se ha ‘narcotizado’?

R. Me refiero a que las relaciones políticas entre ambas partes se han centrado, casi en exclusiva, a tratar el tema de las drogas y el narcotráfico.

“¿Rápido y Furioso? A EU sí le importa lo que pasa en México. Tener un país vecino con una frontera viviendo un caos, es un serio problema para ellos”

P. Con operativos como Rápido y Furioso, donde miles de armas cruzaron a este lado de la frontera, ¿Washington no está dando una imagen de que, realmente, poco o nada le importa que en México sumen más de 50 mil víctimas derivadas de la guerra contra el narcotráfico?

R. Opino que sí les importa y bastante. Tener un país vecino que tiene varios puntos de su frontera viviendo un auténtico caos, es un serio problema para Estados Unidos. Lo que sucede es que Washington hace más de lo que muestra.

La secretario de Estado estadounidense, Hillary Clinton, con la canciller Patricia Espinosa.

P. Pero, ¿cómo explicamos entonces este tipo de operativos?

R. Es cierto que Rápido y Furioso es un operativo que salió mal, tanto por el número de muertos que hay en México, como por el caso de los dos agentes de la DEA que son asesinados por esas mismas armas. Pero, a pesar de esto, sí hay un interés por parte de Washington; porque saben que no pueden tener un país viviendo prácticamente una guerra en su propia frontera. Además, no olvidemos que una mayor violencia de este lado repercute directamente en la violencia que se vive al interior del suelo estadounidense, especialmente en las ciudades del sur. De hecho, hace poco leía en el periódico que ya empiezan a darse secuestros en Houston por parte de cárteles mexicanos, lo cual significa que el problema se está extendiendo. Claro, es muy probable que no llegue al nivel de Juárez, Matamoros, o Tijuana, pero ya es una violencia que empieza a salpicar.

Y curiosamente se repite el mismo proceso vivido en la Revolución: tenemos a unos Estados Unidos preocupados por la inseguridad en el sur y eso involucra al gobierno mexicano, y por esta razón vemos este tipo de operativos como Rápido y Furioso. Y es más: estoy seguro que debe haber muchos más operativos que desconocemos en colaboración directa con las autoridades mexicanas. Estoy totalmente seguro: tales operativos son bilaterales, pero jamás nos lo dirán porque el tema de la soberanía es muy sensible.

“Con JVM la relación con EU continuaría ‘narcotizada’; EPN defendería una mayor soberanía; y AMLO no podría cambiar en 180º estrategia de Calderón”

P. Pasemos al proceso electoral que está viviendo México. ¿Cómo pueden cambiar las relaciones con Washington en temas como, por ejemplo, el combate al narcotráfico en el caso de que gane uno u otro candidato?

En opinión del analista, Vázquez Mota supondría una continuidad en la política exterior de Calderón, aunque opina que la panista "intentaría incrementar el intercambio comercial con EU.

R. Bien, siguiendo las pautas del IFE, pongamos que gana Josefina Vázquez Mota las elecciones. En este sentido, creo que veríamos las mismas tendencias entre ambos países; es decir, se continuaría con la misma política exterior de Calderón. E igualmente sucedería por parte de Obama, habría una continuidad. Esto es, se seguirían dando una serie de acuerdos dentro de esta ‘narcotización’ que vive la relación, aunque tal vez podríamos ver una expansión de otros temas como el turismo, dado que la panista ha expresado su interés por fundamentar parte de la economía en esta materia. De la misma manera, JVM intentaría incrementar el intercambio comercial entre ambos países utilizando el marco del TLCAN.

Con Enrique Peña Nieto sería interesante ver cómo reaccionaría el PRI. Me parece que no habría grandes cambios en su política de seguridad, pero sí habría una mayor defensa de la soberanía, aunque sólo fuera en el plano discursivo. Eso no quiere decir que no continuaran los mismos acuerdos adoptados por Calderón, pero por lo menos en términos discursivos veríamos una defensa más amplia de la soberanía, tal y como siempre ha sido la política exterior del PRI.

Asimismo, creo que con el PRI habría un mayor acercamiento con Estados Unidos; habría mayores mecanismos de acuerdos y quizás se ‘desnarcotizaría’ un poco la relación; es decir, se ampliaría en aspectos comerciales y sociales, como es el caso de los migrantes, tema que por cierto ha descuidado el gobierno de Calderón y que venía impulsando Fox.

Con respecto a López Obrador, creo que aquí hay un enigma. Me explico: en la lógica de la izquierda mexicana diríamos que AMLO defendería absolutamente el papel soberano de México frente a Estados Unidos y pediría una relación más de iguales. Pero ahí hay un problema: López Obrador no se ha definido a hablar en torno a la seguridad, sobre cuál es su plan. Y creo que ahí está el meollo del asunto. Si, como más o menos ha indicado, piensa crear una policía y seguir con el Ejército en las calles unos seis meses más, considero que no veríamos tampoco muchos cambios. Claro, sí los habría de nuevo en el ámbito de lo discursivo. Pero recordemos que México no se puede dar el lujo de pelearse con Estados Unidos. Y Obrador es un político pragmático; por eso opino que, si bien no continuaría con las directrices de Calderón, tampoco podría cambiarlas en 180 grados. Tendría que conceder bastantes cosas, especialmente en seguridad. Veríamos, en conclusión, un mayor papel en asuntos como migración y soberanía nacional, pero en seguridad no habría grandes cambios.

“Más allá de la República Amorosa, AMLO no puede enfrentarse con Washington; sabe que la retórica anti-imperialista de Cuba y Venezuela no se puede dar aquí”


P. Pero, esa política de ‘menos balazos, más abrazos’ y la propuesta de ir retirando las tropas gradualmente de las calles, ¿no puede generar un encontronazo con Washington?

R. Claro, igual que ha habido choques con el Ejecutivo de Calderón. Pero creo que más allá del tono discursivo de la República Amorosa, López Obrador sabe bien que no se puede enfrentar ni enemistar con Washington. Es consciente de que toda esa retórica anti-imperialista de Cuba y Venezuela no se puede dar aquí por cuestiones geopolíticas y comerciales. Por ello, ha propuesto –durante su entrevista con el vicepresidente Biden y en otros foros- buscar una relación con Estados Unidos sustentada en el desarrollo, que bien puede interpretarse como una cooperación más activa por parte de Estados Unidos en frenar la migración, dejando de lado los muros e involucrándolo en aspectos particulares del combate a la pobreza en regiones expulsoras de mano de obra.

P. Disculpe que insista, ¿pero realmente cree que la Casa Blanca vería con buenos ojos que el Gobierno retire las tropas de lugares como Ciudad Juárez?

R. Va a haber una continuidad; es decir, el combate sí va a seguir, aunque de manera menos intensa. En este sentido, considero que la guerra contra el narcotráfico se va a convertir más en un ataque de ‘contra’, tal y como sucedió en Colombia. Pero, como decía anteriormente, aún es un misterio lo que va a hacer López Obrador en tema de seguridad. No obstante, creo que Estados Unidos no permitiría que este combate se dejara al garete. Porque es algo que no se puede dejar así como así, a pesar de las demandas ciudadanas por disminuir la violencia, y especialmente porque la inseguridad en México sería una amenaza posible a la seguridad interna de los Estados Unidos.

“Ante la amenaza de que la violencia se desborde, los republicanos podrían aumentar el discurso bélico y militarizar ciertos puntos de la frontera”

P. Pongamos ahora un escenario en el que los republicanos regresan a la Casa Blanca. ¿Cómo afectaría esto a las relaciones con nuestro país?

R. De llegar Romney se incrementaría el tono de reproche por parte de Estados Unidos hacia México. Es decir, frente a esta actitud conciliadora de Obama o de Clinton anteriormente, el discurso de los republicanos regresaría a la época de Reagan y al ‘ustedes nos están proporcionando las drogas’, lo cual podría suponer un recrudecimiento en la guerra contra el narcotráfico.

También hay un problema de este lado: todavía no se aprobado en su totalidad el Plan Mérida, por lo que veríamos una presión para que se ratificara con las nuevas Cámaras en ambos países. ¿Eso en qué afecta? Bueno, ante un escenario de final de las guerras en Irak y Afganistán, una especulación sería que todos esos esfuerzos militares se transportarían a la frontera sur. Si hay una demanda de mayor seguridad adentro de las fronteras estadounidenses, no sería descabellado pensar que el Pentágono quiera militarizar la frontera, aunque es cierto que sería el plan más extremo y menos probable de aplicarse.

P. Otro de los temas importantes a tratar en caso de que regresen los republicanos sería, sin duda, el de la migración…

R. Así es, ya que si bien no habido un acuerdo migratorio con Obama, creo que veríamos mucho más complicada la situación de una amnistía –aunque es cierto que la última fue bajo la administración Reagan-. En este contexto, recordemos que uno de los ejes del programa republicano es ‘darle duro’ a la migración. Y aunque Romney no sea necesariamente anti-inmigrante, las necesidades de campaña lo podrían conducir hacia una postura más radical.

Otro escenario a tener en cuenta es que, paradójicamente, las relaciones entre Los Pinos y la Casa Blanca han sido más fluidas con gobiernos republicanos. Ya que los demócratas, por lo menos desde los años noventa, tuvieron una relación muy tirante con los últimos gobiernos priistas, en temas especialmente de derechos humanos. En este aspecto, los republicanos pueden ser mucho más conciliadores con nuestro gobierno. Ahora, aquella era una etapa pacífica en México. Ante la guerra contra el narco y ante la amenaza de desbordarse, los republicanos, al igual que los demócratas, podrían aumentar el discurso bélico. No estoy diciendo que invadieran México, creo que eso nunca está dentro de los planes de Estados Unidos, pero sí podrían incrementar el papel de la Border Patrol o militarizar ciertos puntos de la frontera.

“AMLO chocaría mucho con Romney; para los conservadores tener a un presidente de izquierda pegando gritos en contra del imperialismo en su misma frontera sería intolerable”


P. ¿Cómo serían las relaciones de Romney con JVM, EPN o AMLO?

R. No habría grandes diferencias ni con Josefina ni con Peña Nieto. Con López Obrador… creo que chocarían demasiado, y más aún si el tabasqueño continúa con su discurso soberanista. En este escenario, creo que se podrían tensar las relaciones más que construirla o mantenerla. Estaríamos ante una coyuntura que podría remitirnos a la vivida en la década de los ochenta.

P. ¿Verían desde Washington a López Obrador como una ‘amenaza’ por su corte más de izquierda?

R. Sería una posibilidad. Para el ala dura del partido republicano tener a un presidente de izquierda pegando gritos en contra del imperialismo norteamericano en su misma frontera sur sería francamente intolerable. Ahora, el ala dura del partido republicano es cierto que va a poner el grito en el cielo con cualquier presidente mexicano; ya es una costumbre para ellos. Pero López Obrador tensaría mucho la relación, aunque habría que ver también quién elegiría Romney como secretario de Estado, ahí está la clave. Porque puede ser que él sea un republicano moderado pero elija a otro muy conservador para las relaciones exteriores del país; o por el contrario, puede elegir a un ‘Collin Powell’ más moderado, más conciliador.

Por su parte, la administración Obama se ha mostrado muy cauta a pronunciarse con respeto a cualquier candidato. Es más, la serie de entrevistas que sostuvo Joe Biden con los tres candidatos principales fue una muestra de diplomacia inédita, dando un mensaje a los partidos mexicanos en donde Obama –por así decirlo- no sería un factor de presión.

P. ¿Se verían afectadas las relaciones comerciales en un escenario AMLO-Romney?

R. Creo que todo se quedaría en el plano de la retórica. No veo en las izquierdas contemporáneas en México ese belicismo contra el Tratado de Libre Comercio que existía hace 15 años. Puede haber fricciones, por supuesto, pero como se darían con cualquiera de los otros candidatos si los intereses del país se ven afectados.

“¿Propuestas en migración? Ninguno de los candidatos ha expuesto nada. Estamos viendo unas campañas muy sosas, donde se está debatiendo frivolidad y media”.


P. Sin duda, el tema de la migración será uno de los ejes fundamentales en la relación méxico-americana, más allá de quién gobierne en ambos países. ¿Cómo valora las propuestas de los candidatos sobre este rubro?

R. Con respecto a la migración, los candidatos tienen un nicho para llevar a cabo una política importante; ya que creo que este tema se ha desaprovechado del lado mexicano. Esto es, hay mucha retórica, pero pocas acciones. En este sentido, opino que es necesario hacer un lobby de mexico-americanos, de gente que vote, pero que también de cierta manera entiendas los problemas mexicanos y los exponga en Estados Unidos.

El otro problema al que deben enfrentarse los candidatos es cómo afronta México la transportación de los migrantes; no olvidemos que en este sexenio, si bien ha decaído la migración, esto se puede deber a varias causas, como la caída de empleo en Estados Unidos, la lenta recuperación económica estadounidense… pero también por la violencia que se vive en la frontera  o en las rutas habituales para llegar hasta el Norte. Entonces, ahí debería haber un acuerdo, un tratado con Centroamérica en materia de migración. Porque la defensa de los migrantes mexicanos y centroamericanos en nuestro territorio y en la frontera debería ser un problema multilateral.

Sin embargo, ninguno de los candidatos ha expuesto nada al respecto. Estamos viendo unas campañas muy sosas, donde se está debatiendo frivolidad y media y no se está discutiendo temas de agenda nacional cruciales para el país. Parece que se están centrando más en quién pavimentó no sé qué calle o carretera. Pero fuera del anuncio de Peña Nieto o de alguna mención esporádica general de los otros candidatos, no ha habido una referencia clara al problema de la migración.

“Basta con sintonizar algún noticiario para darse cuenta de que en Estados Unidos las elecciones en México es un tema inadvertido”

P. ¿Cómo se ven las elecciones de México en suelo estadounidense?

R. No se ven, directamente. Basta con sintonizar algún noticiario para darse cuenta de que las elecciones en México es un tema inadvertido, aunque con excepciones como algunos medios especializados como The New York Times, The Washington Post o el LA Times. Sin embargo, para el grueso de la población estadounidense yo creo que no deben ni saber que hay elecciones en México. Claro, sí hay seguimiento en los medios latinos, eso es lógico. Pero es un tema que sólo interesa al mexicano, aunque hay un público de académicos y especialistas donde sí ha recibido interés.

La relación de México con América Latina, Europa, y los países emergentes

“Con EPN habría un incremento multilateral en las relaciones con Brasil, Argentina y Cuba; y con JVM continuaría la directriz calderonista y la identificación con Colombia”

Dejemos Estados Unidos y expongamos ahora un escenario latinoamericano. ¿Qué cambios podrían darse en las relaciones con los países de Centroamérica y el Sur tras el cambio de presidencia en México?

Bien, en este caso, debemos partir de que las relaciones de México con América Latina han disminuido en importancia desde la década de los noventa. Pero pongamos escenarios.

Enrique Peña Nieto gana. Bien, aquí considero que el PRI intentaría recuperar el papel tradicional de México como líder de América Latina, ya que es una demanda priista desde el año 2000. Podemos ver un incremento multilateral, más que de intereses políticos o de geometría política con la mayoría de los países latinos, especialmente Brasil, Argentina, y podría además haber un cambio importante en la relación con Cuba. En general, serían relaciones de bastante concordia, aunque no necesariamente muy interesadas en los aspectos internos de la políticas de esos países.

Con Josefina Vázquez Mota, una vez más, habría continuidad en la política exterior de Calderón; es decir: identificación con Colombia y un incremento de las relaciones con Brasil.

Con AMLO se esperaría que hubiera un mayor acercamiento con los países del ALBA aunque no necesariamente, ya que temas como la identificación con Venezuela es algo que López Obrador ha medido muy bien. No olvidemos en este sentido que en la campaña del 2006 se le acusó, prácticamente, de ser un esbirro de Chávez. Así que trataría de mantener unas relaciones cordiales con estos países, pero sin ir mucho más allá. No obstante, también debemos tener en cuenta que el futuro del ALBA depende de la salud de Chávez y las elecciones venezolanas, por ello el próximo presidente se puede enfrentar a una Sudamérica sin la influencia de Chávez y con un mayor interés de buscar en México un contrapeso frente a Brasil.

“Con AMLO se esperaría un mayor acercamiento con los países del ALBA, aunque no necesariamente; temas como la identificación con Hugo Chávez es algo que el tabasqueño ha medido muy bien”

P. Saltemos a Europa. ¿Cómo se atisba la relación con países de la UE como España –con el cual existen numerosos lazos comerciales, culturales e históricos- o Francia –con el que, durante el gobierno de Sarzkozy, hubo una polémica a raíz del caso Florance Cassez-?

R. Si gana Josefina o Peña no veo que se vaya a alterar la relación con países como España. Con AMLO, hay que recordar que él se maneja en dos campos: uno, su actuar político y el otro su retórica. En el campo de la retórica él siempre puede decir que España nos está expoliando, que debemos ponerle un alto, y que hay que sacar a Meliá a patadas del país. Pero lo cierto es que en su actuar político durante su jefatura al frente del DF ha habido bastante entendimiento con empresas españolas, por lo que me parece que, en realidad, no habría un cambio importante.

”El caso de Repsol-YPF será un quebradero de cabeza para el próximo Presidente”

Pero en el caso de Repsol-YPF el tabasqueño fue muy crítico con el actuar de esta empresa española en México…

Claro, para mostrar congruencia con sus ideas critica el caso de esta petrolera y remite a su audiencia comparando a Cristina Fernández con Cárdenas. Sin embargo, no parece que vaya a haber mayores privatizaciones que afecten los intereses mexicanos.

Y con respecto a los bancos, tampoco creo que vaya a haber una privatización. Además, México no cuenta con los recursos suficientes para estar nacionalizando. Recordamos en este sentido que tenemos una guerra contra el narcotráfico que es muy costosa; que tenemos unas elecciones costosísimas y unos partidos muy caros para el Estado; y no los veo destinando recursos para privatizar los hoteles Meliá si eso les perjudica en su gasto corriente.

No obstante, más allá de las posturas de López Obrador, el caso de Repsol-YPF será un quebradero de cabeza para quien sea el próximo presidente, especialmente si buscaría conciliar los principios constitucionales de política exterior con las demandas de pago de Pemex. Situación que lo enfrentaría invariablemente al gobierno argentino.

“Las relaciones con Francia no se han visto terriblemente afectadas por el caso Cassez; ni tampoco parece que haya un fervor anti francés en la ciudad de México ni anti mexicano en París”

El 'caso Cassez' provocó un choque diplomático entre las autoridades mexicanas y francesas.

¿Y las relaciones con Francia tras el caso Cassez?

En el caso de Francia, el cambio viene de parte de François Hollande, ya que recientemente el nuevo presidente francés mandó un emisario a reunirse con sus pares mexicanos para comunicarles que, a diferencia de Sarkozy, él está a favor de restaurar las relaciones con México, quitar el escándalo Cassez del centro de las relaciones y renovar las relaciones bilaterales.

Ahora, hay que tener en cuenta que las relaciones con Francia son económicas, de inversión, porque el intercambio político no es mayor. Pero, a diferencia de Sarkozy, que torpedeó tontamente la relación con México para ganar puntos dentro de su país, Hollande creo que va a restaurar las relaciones que, en cualquier caso, no es que se hayan visto terriblemente afectadas en cuanto a las inversiones, ni tampoco parece que haya un fervor anti francés en la ciudad de México ni anti mexicano en París. En definitiva, creo que todo aquello fue una farsa de Sarkozy sin mayor trascendencia, más allá de la cancelación del año cultural de México en Francia.


“México está perdiendo el camino en el nuevo orden mundial que se está tejiendo; no ha incrementado su presencia política y sus intercambios con naciones como China, India o Corea del Sur”

No obstante, al igual que con los países de América Latina, parece que las relaciones con la Unión Europea tampoco están subrayadas en rojo en la agenda de los candidatos…

No, aunque aquí lo interesante sería ver qué pasa en la relación con los denominados países BRIC, que son los países emergentes, es decir, Brasil, Rusia, india y China. En este sentido, creo que en este nuevo orden mundial que se está tejiendo México está perdiendo el camino y lo está perdiendo porque no está incrementando su presencia política y sus intercambios con naciones como China o con otras emergentes como India o Corea del Sur, las cuales, quizás sí están muy lejos de nosotros, pero es absolutamente necesario mantener una relación comercial y económica con ellos. Porque tenemos casos de países latinoamericanos con experiencias muy exitosas en su relación con China, como por ejemplo Perú o incluso la propia Venezuela.

No obstante, parece que ninguno de los tres candidatos está pendientes de estos asuntos. Están muy centrados en la política interna, pero no ha habido propuestas en relación con el nuevo orden mundial; no ha habido ninguna reacción sobre cómo entienden el mundo. Y ahí hay un gran problema, ya que se producido un estancamiento de las relaciones exteriores mexicanas, lo cual nos lleva a preguntarnos qué va a hacer México si mañana colapsa el euro; o qué van a hacer desde Los Pinos en materia de derechos humanos no solo dentro del país; o en materia de calentamiento global; de piratería… En definitiva, los candidatos no han entendido que estamos en una época en la que las relaciones internacionales van más allá de los estados y no hay propuestas al respecto.

“Los candidatos están muy centrados en la política interna; no ha habido propuestas en relación con el nuevo orden mundial. No sabemos cómo entienden el mundo”

Y a todo esto, y para terminar, ¿cómo ve a Quadri en materia de política exterior?

Quadri no ha hablado mucho de política exterior y no creo que tenga un plan diplomático establecido. Lo que quiere Quadri es posicionar a un partido político y habla de cuestiones como privatizar Pemex, privatizar prisiones, pero no ha hablado ni siquiera sobre las relaciones con Estados Unidos. Considero que su candidatura es algo anecdótico, aunque suene triste. Sin embargo, aunque sus posibilidades de ganar sean pocas, Quadri podría poner sobre la mesa temas concernientes al ambientalismo, sustentabilidad y ecología, que son internacionales y en donde él es un experto.

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