miércoles, 27 de junio de 2012

Elogios de la traición


Del blog de Jesus Silva - Herzog Marquez



Sobre la traición, ese vicio ordinario del que hablara Montaigne, los periodistas franceses Denis Jembar e Yves Roucaute publicaron un elogio hace algunos años. De ahí, estas líneas que vale recordarle a los fanáticos de la lealtad:



No traicionar es perecer: es desconocer el tiempo, los espasmos de la sociedad, las mutaciones de la historia. La traición, expresión superior del pragmatismo, se aloja en el centro mismo de nuestros modernos mecanismos republicanos. El método democrático, adoptado por las repúblicas exige la adaptación constante de la política a la voluntad del pueblo, a las fuerzas subterráneas o expresas de la sociedad.El déspota, hijo de la traición, aterrado por las conmociones de la vida, se apresura a proscribirla y, con ella, a todo el movimiento de la libertad.La traición es el oxígeno de la democracia.Los políticos que desean convertirse en estadistas deben matar algo en sí mismos, mutilarse, amputarse, deliberadamente. Es necesario porque se compromete por adelantado a asumir, sin nada ni nadie por encima y Elogio de la traiciónsi el destino lo lleva a ello, una enorme responsabilidad.El gran traidor, hombre de gobierno de nuestra época, antepone el realismo a los dogmas.No es la veleta que gira sino el viento que cambia de dirección.La democracia, no es sino un conjunto de técnicas prácticas para que los príncipes puedan traicionar.

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