lunes, 3 de junio de 2013

Timothy Garton Ash contra la censura previa


Timothy Garton Ash escribe contra el proyecto de la Ministra del Interior de Gran Bretaña para instaurar la censura previa que evite la difusión del discurso de odio. El odio es una emoción que no puede ser prohibida. Castigar el odio sería tan aberrante como imponer la obligación de amar. 
Para terminar, me gustaría inspirarme en Edmund Burke y decir unas palabras en favor del odio. Intentar convertir en delito una emoción es un empeño tan tonto e inútil como intentar derrotarla en una guerra (la “guerra contra el terrorismo”). Además, como destacó el gran pensador conservador británico, sentir algo de odio es sano. “Nunca sabrán amar cuando deberían amar”, escribió, “quienes no saben sentir odio cuando deberían sentirlo”. Odio la ideología islamista violenta que envenenó la mente de ese joven. Odio el fascismo. Odio todos los tipos de opresión. Odio la estupidez. Odio las ideas chapuceras. Y en nombre de todos esos odios, aconsejo no dejarnos arrastrar por reflejos automáticos ni caer en la reacción superficial, corta de miras, obcecada y contraproducente de decir “hay que hacer algo”, como esos ministros del Interior que, de tanto defender nuestras libertades, acaban por mermarlas.

Del blog de Jesús Silva - Herzog Márquez 

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