sábado, 14 de enero de 2012

El Nuevo PRI


Roger Bartra escribe sobre el regreso del PRI.  La alternancia ha provocado un cambio sustancial en ese partido, sostiene: convirtió la agencia gubernamental en un partido auténtico. El PRI se refugió en los estados donde gozó de un inmenso poder y siguió ejerciendo la arbitrariedad. El viejo partido aprovechó, sobre todo, que la atmósfera cultural no cambió. Se modificaron las reglas de la política y la dinámica de interacción entre poderes pero el aire fue el mismo.

Estamos ante una muy precaria y fragmentada cultura democrática. No se ha expandido impetuosamente una nueva civilidad que obligue a los partidos políticos a adoptar un comportamiento tolerante y responsable. No se ha desarrollado con suficiente vigor una cultura de la dignidad ni un orgullo democrático. En contraste, nos oprime todavía el enorme peso de la vieja cultura política autoritaria, que se halla profundamente inscrita en la sociedad mexicana. Es la rancia cultura priista que, aunque ha retrocedido en muchos ámbitos, se ha extendido fuera del partido que la alimenta y ha invadido al PAN, al PRD y a las élites políticas.


Bartra niega que el regreso del PRI pudiera significar la restauración completa del antiguo régimen pero se pregunta si su auge no refleja el síndrome de abstinencia de una sociedad que requiere una vieja droga para mantenerse tranquila.

Del blog de Jesús Silva-Herzon Márquez.

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